¡Conseguí su autógrafo! Me lo firmó en una hoja arrancada de una agenda que llevaba mi madre en el bolso.

Ya por aquel entonces me llamaban la atención ciudades como Barcelona o Madrid. La ciudad condal por el mar y la arquitectura (ambos me encantan; de ahí que dibujara casas) y la capital porque me acercaba a la vida de muchos famosos que veía en la tele. Pensaba que en Madrid incluso podría encontrarme a algún famoso por la calle. Como iba a un colegio bilingüe, a veces viajaba a Alemania en verano para practicar el idioma. Pues bien, cuando regresaba en avión al Prat o a Barajas solía convencer a mis padres de quedarnos unos días en la ciudad antes de volver a casa.